Tecnología e inteligencia


Las empresas necesitan "conocimiento acumulado".


Publicado: 2016-05-24 19:59:28

*Por Alberto Arozena

De la definición de inteligencia, no podemos dejar de mencionar la importancia que tiene el conocimiento acumulado en las distintas aplicaciones de la misma. Sin conocimiento acumulado no podríamos resolver problemas, salvo por intuición, pero muchas veces la intuición proviene de comparar situaciones anteriores y aplicar la solución utilizada en aquella ocasión (o lo que comúnmente llamamos olfato). Por lo tanto, para que las empresas puedan convertirse en empresas inteligentes necesitan "conocimiento acumulado". Si hablamos de empresas de hace 30 o 40 años, podríamos decir que el conocimiento estaba en el cerebro de las personas que las conformaban; sin embargo, este conocimiento no era necesariamente compartido entre todos, por lo que no podemos hablar de un "conocimiento de la empresa" en absoluto.

Con el desarrollo tecnológico, con el advenimiento de dispositivos que son capaces de almacenar y procesar ingentes cantidades de datos, y además compartir toda esa información entre los tomadores de decisiones (los que aplican la inteligencia), podemos afirmar que llegar a ser una empresa inteligente se hace mucho más asequible. Y más aun teniendo en cuenta que todos los días se generan enormes cantidades de información producida por consumidores, proveedores, reguladores, etc. que también tienen relación con mi negocio en general y las incorporo en esta memoria pues las posibilidades se convierten en infinitas, pues toda esa información bien relacionada y analizada puede llevarme a descubrir cosas que probablemente ni siquiera las imaginaba. Sí, estamos ya hablando de lo que en negocios se llama big data.

Ahora, ¿Qué conocimiento debo registrar en mi memoria corporativa? Todo aquello que sea relevante para obtener los objetivos trazados en nuestra estrategia. ¿Y cómo lo hacemos? Para empezar, debemos tener mecanismos que puedan capturar esa información y que permitan luego poder procesarla y analizarla; debemos tener en claro además como podemos relacionarla entre sí para poder identificar patrones y tendencias en el comportamiento (por ejemplo, de que manera lo que se dice en redes sociales está afectando – en forma positiva o negativa – mis ingresos, o mi reputación como empresa). Y claro, nada de esto sería posible si no tenemos a personas con las capacidades necesarias para poder entender esas relaciones, poder analizarlas y sobre todo ver el impacto que esto tendrá en el negocio, en la cifra final.

La información,  en crudo, no tiene mucha utilidad si no le damos el valor agregado de la transformación. Por ejemplo, si somos una empresa minera ¿cómo quiero ver la evolución de los niveles de producción de los yacimientos? ¿Cómo los relaciono con el precio actual de los minerales? ¿Cómo relaciono está información con las reservas de minerales, con el ruido político y/o económico o con la producción de otras compañías mineras? La información procesada debe para tomar decisiones alineadas con la estrategia del negocio, y de esta forma, minimizar el riesgo relacionado a la decisión. Y aquí entra la tecnología que permite extraer y procesar estos datos crudos, y mostrarlos de forma tal que puedan ser comprendidos por los tomadores de decisiones. Y obviamente, puedan tomar sus decisiones (y haciendo uso de su propia inteligencia, por cierto).

Imagen: Hidden Fruit, LLC


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